Mi experiencia pintando mandalas

10 de diciembre de 2014

¡Hola chicas! ¿Cómo están?

Seguro que la palabra mandala les suena de algo, aunque sea de oídas.

Hace unos meses empecé a ver en blogs que estaba de moda un libro para liberar el estrés, que era mediante esta técnica del mandala. No le presté atención, e incluso lo consideré una tontería más para vender.

Sin embargo, mi pensamiento cambió hace pocos días, cuando vi que mi padre trajo junto con el periódico un libro para pintar mandalas. Pensé: ¡vaya, hasta mi padre se quiere apuntar a la moda!
Le comenté que había oído hablar de esta técnica para el estrés y que no me parecía algo serio o que iba a quitarlo realmente. Es decir, no creía que funcionase. Pero… hasta que no se prueba no se sabe. Total, que fue una anécdota o curiosidad de ese día.

A los dos días, veo una noticia en el periódico el país, sobre la atención plena: Mindfulness, en el que tratan el tema de la concentración, lo complicado que es tenerla con las nuevas tecnologías y técnicas para obtenerla. ¿Y a que no saben qué técnica nombró…?

¡La del mandala!

Casualidad o no, pero no me gusta pasar por alto las señales que da la vida. Así que dejé de estudiar, cogí el libro (que mi padre no había pintado ni uno) y me puse a ello.
Al elegir los colores, pensar en el diseño y ponerme a colorear, me acordé que de pequeña me encantaba pintar, pero odiaba dibujar. Era muy muy torpe dibujando, recuerdo que mi padre me compraba libros con rayas y todo tipo de técnicas para que desarrollase la técnica del dibujo. Pero no, no tenía ese Don.

No obstante, pintar me encantaba. Elegir colores, pensar en el diseño, estructura… También recuerdo que en clase de Plástica, en el instituto, cuando pedían dibujar a mano alzada lo odiaba… no podía plasmar nada bien. Pero cuando había que crear un diseño y pintarlo… ¡sacaba sobresaliente!

No hace falta que ponga más ejemplos para que se vea que me gustaba pintar, ¿no?
Mientras iba pintando, me iba dando cuenta que esto no era un juego. Si no que tenía que CONCENTRARME bien para pintar dentro de las formas por el hecho de ser pequeñas. Pues, con el objetivo de no salirme de las formas y que me quedase muy bonito, puse mucho empeño.

Me da hasta vergüenza nombrar una cosa curiosa que me ocurrió pintando y que me recordó a la infancia. Era tanta la concentración que ponía, que en una de esas saqué un poco la lengua jajaja.De pequeña, cuando hacía este gesto, significaba que estaba muy concentrada y a los segundos me percaté de lo que había hecho. Era algo innato y todavía estaba en mí.

También me ayudó a tomar las cosas con calma, porque estoy acostumbrada a hacerlas rápido y pasar a la tarea siguiente. Y aquí, se necesitaba dedicar tiempo para que saliese bien.

En resumen, algo que consideraba tonto y ridículo al principio se ha convertido en un ejercicio de concentración y liberador de estrés.

Si no han puesto en práctica esta técnica, se las aconsejo porque yo lo juzgaba sin saber y al final ha resultado eficaz.

¿Y ustedes, conocían esta técnica?

¿Han tenido alguna experiencia?

¿Qué hacen para concentrarse o liberar el estrés?

PD: Este libro costó 0,96 céntimos de la tienda Galenas, pero seguramente en librerías o en kioskos lo pueden encontrar por 1 o 2 euros.
Otra opción es el libro de Susanne F. Fincher - Colorea Mandalas que cuesta sobre los 10 euros.  
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