Mientras estaba
redactando un trabajo de sociología El turista y el vagabundo , le enseñé a
mi padre algunas ideas principales del texto, ya que sé que a él estos temas le
fascinan. Al terminar de comentarle algunas ideas, me dijo: Pues hoy en día
hay un término intermedio, entre el turista y el vagabundo. Me quedé perpleja
porque no había pensado en eso, y para explicármelo me contó una historia que
le había ocurrido a un compañero de su trabajo.
Su compañero
padece parálisis cerebral que le impide mover los pies, las manos y la lengua
con facilidad. Un caso parecido es el de El
Langui, protagonista de la película El
truco del manco. Por lo que me contó, a pesar de su discapacidad,
puede realizar muchas tareas en su trabajo. También me cuenta que es un hombre
de buen corazón, ese tipo de personas que están en peligro de extinción. El compañero, empezó a contar una
historia-anécdota mientras trabajaba.
Iba para el sur
porque tiene una casa en Mógan y fue un sábado de madrugada. Durante el
trayecto, vio a una chica que estaba haciendo señas para que parase y él no
dudó ni un momento en frenar y recogerla, a pesar de que podría haber sido una
mujer de calle, una que le quisiera robar, o quisiera Dios qué. Era una
vagabunda-turísta, de nacionalidad danesa, rubia, blanca, con una mochila de aventurera
y las ropas sucias. El compañero, llamémoslo de aquí en adelante como el salvador, la subió a su coche, que por cierto, está
adaptado para su comodidad. El salvador no sabía mucho inglés y lo que sabía no
se le podía entender claramente por su dificultad al hablar. La chica sí sabía
pero los dos optaron por el lenguaje universal, los signos, dibujos, señas etc.
Durante el camino le dijo que iba para Mogán a lo cual él le respondió que
también iba. Mediante señas y gestos le fue diciendo que tenía hambre,
mostrándole la cartera totalmente vacía, a lo que no dudó en parar antes de
llegar a allá en un 24h, darle 5€ para que se comprara algo. Ella estuvo muy
agradecida y le hizo un gesto de abrazo corporal. Terminó de comprar y se apeó
para continuar el trayecto. Vio que ella tenía un aspecto descuidado, la ropa
estaba sucia y no se había aseado durante algún tiempo. Por lo que él, otra
vez, sin dudarlo, le llevó a su casa para que se duchara y luego la alcanzaba
hasta donde ella quería llegar. La
turista-vagabunda le gesticuló que no hacía falta, que él a lo mejor tenía
sueño y que no quería molestar. Finalmente se duchó y se vistió con ropa nueva
que llevaba en la mochila. La llevó al sitio donde quería bajarse y a la
llegada, ella, se puso de rodillas delante de él, dándole las infinitas gracias
por lo que había hecho, ya que casi nadie se apiadaba de ella. Le escribió una
nota en inglés pero él no la leyó al instante porque no lo iba a entender. Cuando
por fin le tradujeron la tarjeta, era la dirección de su casa en Dinamarca,
decía que había estudiado psicología y que antes de iniciar unas oposiciones,
quería viajar un año por el mundo, ganarse la vida. No era una cualquiera, era
una turista que quería experimentar lo de ser vagabunda, donde le sobraba mucho
tiempo pero no tenía espacio fijo.
El
compañero de mi padre es un ángel de Dios. Existe un idioma universal. La
hospitalidad brilló por su presencia. La chica tenía recursos en su país pero
se convertía en vagabunda por placer. Alabo las agallas de la chica. Creo en el
destino. Queda mucho por saber y explorar. La vida es MÁGICA.
PD: Creo que esta
historia debía ser contada.