Resumen de estudios :(

Solo podía escribir y sacar algunas instantáneas. La verdad que este mes estoy más inspirada en escribir, las ideas me salen solas y las palabras me suelen encajar a la primera. En cuanto a las fotos, solo papeles y desayunos o caprichos nada sanos para hacerlo todo más ameno.

Por aquella época me tocaba hibernar durante un mes, era por todos sabido la explicación de esta ausencia por lo que me sentía comprendida. Sin embargo, para mí no era una etapa tranquila, la detestaba de todas las maneras. Vale, sí, me encanta aprender y estudiar pero cuando la situación es capaz de absorber mi persona, el estrés se apodera de todo mi ser… deja de ser encantador. Además, siendo una persona curiosa por naturaleza, es algo innato que me caracteriza como humana en el planeta Tierra, no podía prestar atención a la pila de apuntes que rodeaba mi escritorio. Era como un querer y no poder. Me explico, querer aprender pero no poder estudiar pues mis juguetones pensamientos no dejaban de proyectar misiles hacia el exterior aunque yo no quisiera ser su pareja de juego. Ahí estaban… no dejando pasar la concentración y dando ala libre a todo tipo de reflexiones. Me sentía protagonista de un tebeo, por todos lados albergaban bocadillos escritos de los cuales he sido solo una pieza del puzle. ¡Por supuesto que perdía tiempo! ¡Más del que debería! Las mañanas se convirtieron noches y los días en meses. Si hubiera tenido que ir narrando día a día mi rutina, habría puesto abundantes comillas entre una página y otra del diario. Todos eran iguales. No hallaba variedad física. Mismas horas de estudio, el sol dándome los buenos días hasta que se despidiera con los últimos rayos del atardecer, realizar las tres comidas necesarias(o por lo menos lo intentaba) y por supuesto, no por ser nombrada última, carece de menor importancia, era mi entretenimiento virtual, sí, el gran perfecto llamado Internet con todas sus características intrínsecas. Éste último era el peor de mis entretenimientos tratándose de la época que vivía. Me llamaba a la puerta, era un majadero, pero siempre le abría pues no me podía sucumbir a sus encantos. Era como darle un portazo en la cara a alguien que aunque supieras que no podía ser bienvenido, tampoco podías escaquearte o hacer como si no pasara nada. Las nuevas tecnologías me estaban dominando y por supuesto, no era malo, sino malísimo. Si unimos el gran maligno entretenimiento al bombardeo constante de pensamientos con sentido y sin sentido, con ideas conexas e inconexas, ¿qué sacamos? Menos tiempo para estudiar. A causa de esto, tengo más estrés y si tengo más estrés menos tiempo para concentrarme en mis apuntes y así seguiría esta estúpida historia como un círculo vicioso que aunque desearas escapar de ella, retornaba imposible. 

Una vez más comprendía el porqué no me gustaba la exactitud. Lo descubría cada vez que abría un libro que contuviera algo relacionado con números. Tanta precisión y tanta certeza no podía canalizarla mi cerebro, tiraba más por el lado de la imprecisión y ambigüedad. Y de esto me di cuenta cuando aun sabiendas que dos más dos es igual a cuatro, yo me negaba a que fuera así, no podía con enunciados tajantes. Y de ahí mi conflicto mental, enunciados a tutiplén por interpretar cuya valoración personal no se ajustaba a la realidad matemática. A pesar de ello, no le daba le lado a las ciencias exactas, es decir, no era mi aliado pero tampoco huía como ratón que le come el gato. Si no puedes con tu enemigo, únete a él. Y eso hice, me enfrenté poco a poco a ellas, pero de manera medianamente básica, lo que podía alcanzar. Quizás solo debía cambiar la manera de pensar, utilizar mi otro lado del cerebro y prestar mucha atención, demasiada, la precisa. Me ambicionan estos tipos de retos, pero eso sí, que estén a la altura de lo que mi humilde cerebrito pueda dar. Tampoco puedo ir creyendo siempre por la vida que dos más dos son cinco.

¡Gracias por estar ahí chicas! :)

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