Mañana, 21 de junio de 2012, se le dará la más calurosa bienvenida a la
estación que transcurre entre la primavera y el otoño. Sí, esa temporada
anhelada por todos los apasionados a los placeres veraniegos, que nos brinda y
que nos regala momentos mágicos sin pedir nada a cambio, no es un toma y daca. Aunque quizás sí lo sea,
pues le recibimos con unas sonrisas de oreja a oreja y ni la más mínima queja o
protesta se oye ante su llegada. Es como el viejo amigo que emigró hace un
tiempo atrás, y al volver, extendemos nuestros brazos y los encogemos entre sus
espaldas tratando de asfixiarlo con dulzura. Bienvenido seas, verano.
¿Alguien puede titubear y objetar todavía sobre si es la mejor o peor estación
del año? ¿Existe algún valiente que se oponga ante tal emocionante época? Los habrá, pero
la mayoría de los simpatizantes se
echarían como leones de circo sobre aquellos disgustados e ignorantes. Perdón, no quería utilizar la segunda
palabra, llamémosles X. Existen
infinitas razones para creer que esta temporada es la mejor de todas, y si continúan
incrédulos, he aquí algunos simples argumentos:
La primera pista que nos llega es la de que el cacharro sonante ya no nos
dará más la lata, pues ya no existen responsabilidades ni quehaceres para
destaparnos a regañadientes, el despertador hiberna por un tiempo (se dice que
muchos esperan que sea por un largo periodo).
¿El tiempo meteorológico? Por favor, ni se pregunta ni se responde, se siente, se nota y se huele…
Si para algunos, durante todo el año era época de descanso, ahora nadie se puede enzarzar con ellos, pues todo el mundo tiene derecho al descanso y a disfrutar de su tiempo libre. Ya lo dice la constitución española de 1978 y los DDHH.
Reunión y largas conversaciones con los amigos, sin faltar una cerveza o aperitivo que la amenice, que duran hasta ponerse el sol o incluso se dice que hasta altas horas de la madrugada…
Hablando de ponerse el sol… ¡Qué espectaculares amaneceres y atardeceres se producen! No digo que en otras estaciones del año no sean asombrosos, sino que es ahora cuando nos encanta percibir cómo se esconde o aparece el sol, tan hermoso como siempre . Porque nos encanta desinhibirnos y el medio para realizarlo es a través de las fiestas mañaneras, diurnas o nocturnas… (Ya mencioné que el tiempo artificial no importaba), todos sonríen, unos más otros menos, otros más efusivos y otros más serenos, sin embargo… ¡Adoramos la fiesta por encima de todas las cosas!
Y… ¡Cómo nos encanta ataviarnos con ropa veraniega, y sobre todo, lucir la prenda por excelencia: bikinis, trikinis, bóxers, slip, bermudas
Finalizando con la idílica y romántica estampa veraniega: paseo por la orilla de mar, golpeando la fuerza de la marea en tus tobillos, mientras caminas hacia alguna dirección con compañía , escuchándose carcajadas y gritos revotando contra la marea, un eco que se expande… UNA UTOPÍA HECHA REALIDAD.
¿El tiempo meteorológico? Por favor, ni se pregunta ni se responde, se siente, se nota y se huele…
Si para algunos, durante todo el año era época de descanso, ahora nadie se puede enzarzar con ellos, pues todo el mundo tiene derecho al descanso y a disfrutar de su tiempo libre. Ya lo dice la constitución española de 1978 y los DDHH.
Reunión y largas conversaciones con los amigos, sin faltar una cerveza o aperitivo que la amenice, que duran hasta ponerse el sol o incluso se dice que hasta altas horas de la madrugada…
Hablando de ponerse el sol… ¡Qué espectaculares amaneceres y atardeceres se producen! No digo que en otras estaciones del año no sean asombrosos, sino que es ahora cuando nos encanta percibir cómo se esconde o aparece el sol, tan hermoso como siempre . Porque nos encanta desinhibirnos y el medio para realizarlo es a través de las fiestas mañaneras, diurnas o nocturnas… (Ya mencioné que el tiempo artificial no importaba), todos sonríen, unos más otros menos, otros más efusivos y otros más serenos, sin embargo… ¡Adoramos la fiesta por encima de todas las cosas!
Y… ¡Cómo nos encanta ataviarnos con ropa veraniega, y sobre todo, lucir la prenda por excelencia: bikinis, trikinis, bóxers, slip, bermudas
Finalizando con la idílica y romántica estampa veraniega: paseo por la orilla de mar, golpeando la fuerza de la marea en tus tobillos, mientras caminas hacia alguna dirección con compañía , escuchándose carcajadas y gritos revotando contra la marea, un eco que se expande… UNA UTOPÍA HECHA REALIDAD.
Inhalar… exhalar…, ese olor indescriptible e inefable pero que todo
apasionado a esta estación lo siente en las más profundas de sus entrañas.
PD: Razones para creer
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