Hacia la meta

21 de noviembre de 2012



Y caminaba como sin rumbo, desorientada entre tanto transeúnte por la derecha e izquierda. Se veía obligada a esquivar todos los obstáculos que encontraba a su paso, sin embargo, nada le detenía pues perseguía un objetivo, iba hacia una dirección aunque no lo pareciese. Según avanzaba, más peatones encontraba. Algunos con rumbo claro y otros vagando sin la idea de llegar a algún puerto, solo querían moverse. Todo eso a ella le importaba tres pimientos, aunque es verdad que alguna mirada de refilón les echaba mientras se tropezaba con alguno. El camino parecía interminable, por más que pateaba no llegaba a su destino, pero no perdía las ganas ni el ánimo ya que ella sabía que llegaría en cualquier momento. La meta estaba más cerca de lo que sus pequeños ojos le impedían ver. Había veces que algo le imposibilitaba avanzar, no podía hacer otra cosa que quedarse de brazos cruzados hasta que una señal le indicara que su camino estaba libre de nuevo. Ahí es cuando lo retomaba con fuerzas y con ilusión, pues ante una barrera u obstáculo, ella veía una oportunidad de crecer y de superarse. Tenía bastante decidido que nada ni nadie la detenía. Creo que era eso lo que ahora le ha ayudado a estar ahí ahora, en lo más alto o en lo más alto que ha podido. Aunque hubo momentos de incertidumbre y de desorientación, sin ningún mapa ni ningún tipo de artilugio electrónico que le permitiese orientarse, ella no perdía el objetivo. Sabía perfectamente que no iba a ser fácil, pero que tampoco se rendiría así como así.  Quizás era una fuerza exterior a ella lo que hacía que todo fuese tan difícil, como si alguien la estuviera empujando hacia otro rumbo o como si la veleta estuviera estropeada. Ella contaba con esa desventaja, pero tampoco era la única ya que otros tantos conocían  ese hándicap, aunque sea de oídas. Sin embargo, la diferencia era la forma de afrontarlo y ella se movía como pez en el agua. No se encontraba perdida en un laberinto, sino  que rápidamente visualizaba la salida y nada externo le perturbaba. Puede resultar un tanto irreal o increíble lo contado aquí, pero es pensado así porque se cree que no es posible tener esas ganas de vivir. Si todos fuésemos como esta chica, otro gallo cantaría.

PD: Caminando entre las calles de Venecia (ITALIA) Un día os contaré mi pequeña aventura ahí :)

1 comentario:

  1. Que bonita entrada!!! Me encanta lo que dices y me anima mucho mi Kitty! (K) Hablamos prontitoooo

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